PROGRAMA 253 – PASEANDO ENTRE DINOSAURIOS… (Superados por la Tecnología)

 

Todo el mundo odia a los jugadores de Pokemón GO…

 

Bueno, quizás no sea así, ya que yo por ejemplo aunque confieso que no soy usuario del jueguecito de marras, en la vida se me ocurriría censurar a los que lo usan, mayormente por aquello de la libertad individual y el libre albedrio y demás zarandajas…
 

Creo que el punto de inflexión esta, como decía un conocido, en que todas estas tecnologías que literalmente “se nos vienen encima de la noche a la mañana”, pillan a una parte de la sociedad ya mayores u obsoletos, o mayores y obsoletos, para entenderlas, comprenderlas, y/o sacarles el rendimiento del que son capaces, y cuando esta parte de la sociedad se da cuenta de que se quedan atrás, automáticamente se rebelan, adoptando una actitud “hater” en una especie de llamada de atención para no quedar olvidados en un rincón, creo que la frase que lo definiría mejor seria, “…odio, luego existo…”.

 

Y la verdad es que da lo mismo que lo que triunfe sea un refresco nuevo, una batidora revolucionaria, las tablets, los móviles táctiles, un juego de simulación, un tipo de música, una moda, un tipo de comida, o como en el último ejemplo un juego de realidad aumentada, aunque hoy, nos centraremos en el caso concreto de Pokemón GO para ejemplificar el asunto. Los, llamémoslos remisos, siempre encontraran un motivo plausible para quejarse, protestar y decir que lo nuevo es basura, y que en sus tiempos lo que se hacía sí que molaba/era guay del Paraguay/era más inteligente/ más sano/ más original, o menos “aborregante”.

 

En teoría el articulo va sobre la tecnología que nos sobrepasa, pero realmente podemos aplicar estas conclusiones prácticamente a cualquier innovación, todas causaran el caos cuando se implanten, y antes, quizás se notaba algo menos porque la transmisión de las novedades era más lenta, pero hoy, con la globalización que provoca internet, la entrada de nuevas tendencias es prácticamente simultánea en todo el planeta, con lo que el efecto sobre aquellos que se resisten a cambiar, o no son capaces de hacerlo es brutal. 

 

Entonces es cuando las posiciones se radicalizan, y llegan las frases rimbombantes, la necesidad de demonizar, y las declaraciones para causar miedos estúpidos entre la masa del personal, todo ello campañas propiciadas por la imposibilidad de entender los cambios, y el pánico a perder un “status quo” propio, y dejar de ser lo que se suele llamar hoy en día “influencer”, para pasar a ser uno más del montón.

 

 

Si somos honrados y hacemos un análisis frio de las corrientes de opinión que durante los últimos días saturan los medios de comunicación tanto oficiales como alternativos, nos daremos cuenta, (sobre todo cuando podamos secarnos las lágrimas de risa provocadas por según que afirmaciones), de que se barajan toda suerte de hipótesis absurdas y descabelladas sobre los perjuicios del citado jueguecito, he llegado a leer por ahí cosas tan absurdas como, “…Este juego es un método organizado de la elite en el poder para tenernos controlados y alienados y que no protestemos más…”, “Si, si… no le deis importancia, pero ¡ya veréis cuando empiece a haber muertos!”, o, “Pokemón GO es el principio de la destrucción del tejido de la sociedad”, y lo más triste es que ni siquiera son bromas estúpidas, sino que la gente, se auto convence de que tiene razones para decir estas barbaridades…

 

A mí, es que me dan mucha grima estas polarizaciones, porque me recuerdan penosamente a otras frases antiguas en el tiempo como “…el Rock & Roll es la música del demonio…”, “…Los jugadores de Rol son psicópatas que asesinan a gente…”, “…los tatuajes son cosa de delincuentes…”, “…jugar a videojuegos provoca afecciones mentales…”, “…las series de manga y anime fomentan la violencia entre jóvenes…”, “…la música electrónica incentiva la drogadicción…”, etc. etc. etc. afirmaciones todas ellas hechas por unos determinados grupos sociales, sin ningún tipo de prueba real, y que lo único que pretenden es demonizar un tipo de conducta o una afición, sobre la que nada saben, y que como no pueden controlar les da miedo… Una actitud que resultaría de lo más triste y penosa, sino fuera porque por su intolerancia resulta peligrosa.

 

La pregunta final es, ¿También querrán fiscalizar y controlar como vestimos y lo que leemos?…. porque eso ya se ha intentado muchas veces antes, y tiene nombre… Adoctrinamiento. 

 

 

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