EN MI PUEBLO SIN PRETENSIÓN… TENGO MALA REPUTACIÓN (Creando fama de mala/buena educación)

 

“En mi pueblo sin pretensión / Tengo mala reputación / Haga lo que haga es igual / Todo lo consideran mal / Yo no pienso pues hacer ningún daño / Queriendo vivir fuera del rebaño / No, a la gente no gusta que / Uno tenga su propia fe / No, a la gente no gusta que / Uno tenga su propia fe / Todos todos me miran mal / Salvo los ciegos es natural…”

 

Dice la primera estrofa de esta canción, pero lo que cuenta, ¿Es la realidad, o solo se justifica una mala actitud?

 

Porque hay una gran diferencia entre ser un rebelde, o un mal educado, a pesar de lo que cree muchísima gente.

 

De hecho, podría aseguraros sin miedo a equivocarme, que muchas personas que dicen auto percibirse como inconformistas, en realidad tienen un problema de mala educación que intentan barnizar y embellecer como una actitud de “empoderamiento personal”.

 

Esto está muy muy lejos de ser una simple valoración gratuita, nuestra sociedad, tan sensible con los sentimientos ajenos de las minorías discriminadas, tan inclusiva con las distintas auto percepciones, y de pensamiento tan progresista y moderno, ha desarrollado una especie de alergia, o fobia a lo que antes se conocía como buenas maneras”, y que en realidad, no es más que la educación con la que tratamos a los demás…

 

Realmente, es casi un ciclo vital, el que las generaciones más jóvenes, se muestren criticas con aquello en lo que creen, lo que piensan, o lo que hacen, las personas que les preceden, esto es algo absolutamente natural, y tiene mucho que ver a nivel puramente sociológico con la evolución del pensamiento y la reafirmación del ego entre los caracteres en formación.

 

Sin embargo, como en tantos aspectos de la personalidad humana, de un tiempo a esta parte, y probablemente por la necesidad que les crea una enseñanza, en la que se pretende mas el que las nuevas generaciones  no desarrollen ningún “trauma” que les lleve a ser seres tan “normales”, “binarios”, “heteronormativos”,  y llenos de valores anticuados como sus padres, las personas han pasado de cuestionar todo lo establecido, (una posición crítica muy sana), a directamente desecharlo todo, amparándose en una pretendida posición de “todo lo anterior no vale para nada” que faltante de base que la sustente, pronto se convierte en una actitud de soberbia y prepotencia que a la larga no hace más que llevarles a situaciones de frustración, que solo contribuyen a aumentar sus inseguridades naturales.

 

Esto se ve incrementado por una especie de “miedo a crecer”, que lleva a la paradoja de que individuos que están cerca de la sesentena, mantengan actitudes más propias de niños malcriados de 12 años, siempre al borde de entrar en “berrinches” infantiles ante cualquier tipo de inconveniente que contradiga sus caprichos, dando la impresión de que a la raza humana le hubieran contagiado un extraño virus con efecto “Peter Pan”, que les causara un severo retraso cognitivo.

 

Al fin y al cabo como dijo el teólogo, pedagogo, político y periodista Félix Antoine Philibert Dupanloup (Francia 1802-1878)

 

“Hay muchas maneras de corromper a un niño: se corrompe su espíritu con la desconsiderada exageración en las alabanzas; se corrompe su carácter dejándolo obrar a su antojo; se corrompen sus sentimientos ocupándose de él con exceso y haciéndole objeto de adoración e idolatría.”

 

 

Os mostrare fácilmente hasta donde hemos llegado, con un simple ejemplo…

 

Hace no demasiados años, cuando conocías a alguien, sobre todo en determinados ambientes laborales, sociales y hasta de ocio, los tratabas de usted, hasta que pasado un tiempo prudencial y estrechada la relación, le decías a la otra persona que te tuteara, con lo que por decirlo de alguna manera, le incluías en un circulo de confianza más cercano, y así, poco a poco se forjaban las relaciones… hasta aquí vamos bien ¿no?

 

Sin embargo hoy en día, la cosa funciona de otra manera, por lo general todo el mundo tutea a todo el mundo de entrada porque es símbolo de modernidad, de apertura, de libertad, de tolerancia, sinceridad, y sobre todo de ingentes cantidades de la más absoluta gilipollez…

 

Porque claro, lo que suelen argumentar todos estos rebaños de “zotes” creyendo y autoconvenciendose a ellos mismos de que expresan algo sumamente inteligente es:

 

“…No te voy a tratar de usted hasta que no me demuestres que eres merecedor de mi respeto… Yo nunca trato de usted a nadie porque eso hay que ganárselo…”

 

Esta u otra similar, suelen ser las frases que a mí, siempre me provocan un sentimiento a mitad de camino entre el aburrimiento, el asco más profundo, y esa especie de ternura extraña que se siente cuando te encuentras con una pobre zarigüeya medio atropellada por un camión, y que te lleva a darle el tiro de gracia para que deje de sufrir…

 

Porque yo puedo entender las carencias en la formación, la nula comprensión lectora, las dudas que provocan inseguridades, y hasta las obvias y no buscadas carencias intelectuales, lo que no puedo ni entender ni disculpar es ese negarse a aprender algo nuevo, simplemente porque “no te sale de…”, y a la vez sentirse profundamente orgulloso de ser ignorante, y mirar al resto de la gente por encima del hombro.

 

Volviendo al ejemplo, cualquiera que tenga sentido común se dará cuenta de que en realidad es al revés de cómo lo plantean, ya que precisamente lo que hace el tratamiento de usted es marcar una distancia que te permite estar protegid@ hasta que conoces a esa persona y tuteándola le abres un circulo mas intimo donde aprenderá cosas sobre ti que le podrían permitir dañarte… de ahí, que se demuestre una vez mas que no saben nada, y que disimulan eso con mala educación.

 

Pero hay más ejemplos y mas actitudes que pueden daros buena o mala reputación, y procuraremos hablar de ellas en el programa del sábado, y así podrás decidir si eres educado o no, si eres amable o no, y si eres inteligente o no… y de qué manera afecta esto a tu reputación, aunque haya casos muy aislados, (como el mío), en que la mala reputación sea precisamente lo que se desea.

 

¡Ah…! y también hablaremos de si abrirle la puerta a una mujer para que entre en una habitación, suba al coche, o apartarle la silla de la mesa para que se siente son muestras de machismo o de buena educación…

 

Aunque sinceramente yo estoy convencido de que no será una actitud “genitalista", "androcéntrica", "falocéntrica", "penetrocéntrica", "heteronormativa”,“falócrata”, o “vergacentrista”, a no ser, claro está, que pretendas mover la puerta o la silla con la punta de tu p***a… 

 

Y aun en ese caso más que machismo lo que será es de pésimo gusto y dando así como “grimilla”… en fin… lo dejo que ya estoy empezando a divagar demasiado.

 

Id pensando en todos estos conceptos mientras que disfrutáis de este fragmento de la película “Matrix Reloaded”, donde Merovingio les demuestra a Neo y sus amigos el poder  y las ventajas que tiene el  francés como idioma, a la hora de mantener su reputación y faltarle al respeto a alguien…  

 

 

 

 

 

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