Harmando Leria

 

Harmando Leria Lapista 
 
Todo equipo de seres especiales que se precie, tiene un rastreador, o un personaje con los sentidos incrementados… y la Mansión tiene a Harmando…
 
No es ni más ni menos que un lobo hombre,  (si, si… hemos dicho lobo hombre),  de pelo corto y espeso, con un cierto aspecto de “tupé”, frondosas patillas, y un aire que recuerda poderosamente a “Golfo”, el protagonista de “La Dama y el Vagabundo”.
 
Muchos nos preguntan el porqué, de que Harmando siga teniendo rasgos lupinos cuando esta transformado en humano, tema, que intentaremos dejar suficientemente claro. Nuestro amigo es un lobo hombre, es decir, al igual que el protagonista de la canción de “La Unión”, era un lobo joven , simpático y vivaracho, que un dia cometió el error de beber agua, del mismo lago donde minutos antes lo había hecho un licántropo fornido y forzudo, que pasaba por el bosque, (algunos dicen que en realidad se trataba de Fernando Colmillo Blanco), por lo que, tal y como reza la maldición, “…aquel que bebe del mismo agua que un hombre lobo… en garou se transformara…”,  el siguiente pensamiento consciente de Harmando, no fue “…busca…busca…busca…(husmeo, husmeo)…un conejo…(husmeo, husmeo)…un humano…(husmeo, husmeo)…busca…busca…busca…”, sino “…¡¡MIERDA…donde están mis pantalones…!!.
 
Dicen las malas lenguas, que Fernando, sintiéndose un poco responsable de lo que había ocurrido decidió aceptarlo en su manada, y enseñarle a desenvolverse “en sociedad”, ya que debido a la naturaleza del cambio, Harmando pasa todo el mes en forma de “glabro”; es decir, con aspecto de humano con algunos rasgos lupinos, (orejas un poco en punta y peludas, colmillos sobresalientes, y pies que más parecen patas caninas), excepto las cuatro noches de luna llena, que revierte a su forma animal de lobo original...
 
Al parecer, en una ocasión en que Harmando y su creador estaban acechando a una presa en el bosque, sufrieron el ataque de un ser tenebroso, este, puso fuera de combate a Fernando, y habría acabado con Harmando, de no ser por la intervención casual de Várgsson, que andaba por los alrededores, precisamente dando caza al espíritu del Averno. Se dice que como resultado de este hecho, el vampiro y el hombre lobo, sellaron una amistad que se mantendrá inmutable por siglos, y que Várgsson prometió proteger y auxiliar a todo garou que estuviera bajo el amparo de Colmillo Blanco.  
 
Con el tiempo, Harmando, creció como ¿ persona…?, lleno de contradicciones, (le encantan los gatos…), y poco a poco fue ampliando su cultura y sus conocimientos, hasta llegar a consolidarse como un verdadero “luchador social”, que de hecho, milita en las filas de los más desfavorecidos, intentando siempre que las diferencias entre patronos y obreros se compensen lo más posible… un tema que le ha traído algunos problemillas con Várgsson, que es un patrón nato… 
 
En cuanto a su transformación mensual, la vive como una molestia inevitable, y ha llegado a asumirla con naturalidad. Ahora posee una voz y forma de expresarse, que es ni más ni menos que la de un “chico de campo” con un oído y un olfato fuera de lo común, (el suele decir que si fuera americano sería un “redneck” y destilaría whiskey casero, pero que como es de aquí, tendrá que aprender a destilar cazalla), que cada dia de su vida afronta el reto de vivir en una ciudad llena de olores ofensivos y actitudes irritantes…  ¡ Ah…!, y sus cualidades físicas le permiten algunos truquitos prácticos aunque inquietantes, como el rascarse las orejas con las patas traseras, o coger un “freesbee” con la boca de un salto…
 
Harmando. 
" ¡¡¡ Arriba lobos de la tierra… en pie famélica legión... !!!”.
 

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