PROGRAMA 293 – DE PROFESIÓN: SABELOTODO  (¿Todos somos Sheldon Cooper?)

 

 

Año: Cualquiera A.C. (Antes del Confinamiento), o D.C. (Después del Confinamiento), total que mas dará.

 

Un grupo de personas de charla en un/una bar/cafetería cualquiera del multiverso.

 

 ALEX-Pues he pensado en comprarme un coche y prepararlo para competir en rally.

 

JAIME-En mi experta opinión… no deberías, porque está por encima de tus posibilidades económicas, y además tu forma de conducir es muy defectuosa.

 

ALEX-¿Tu “experta opinión”!, pero si por no tener no tienes ni carnet, ¿que coño te enrollas Jaime?.

 

OTRO DEL GRUPO-Si Jaime… siempre estas igual, no sabes más que vacilar de lo mucho que sabes y que todo se te da bien,  ¡eres un “brasas” tío…!.

 

JAIME-Bueno, parto de la base de mis más de 4000 horas jugando al “Need for speed”, y además todos sabemos que la forma de conducir de Alex es algo del dominio público, y de hecho, no tiene novia porque ninguna chica quiere ir en su coche por lo mal que conduce…  bueno, eso dejando aparte que tampoco es precisamente muy  agraciado.

 

ALEX-Claaaro… me cuestionas en base a un videojuego, y además aprovechas para llamarme feo en mi propia cara,  ¡Te lo aviso tío… te la estas ganando!

 

JAIME- ¡Muy curioso…!, ¿sabias que esa expresión viene de los antiguos rituales celtas para designar los sacrificios humanos?, mezclaban en la comida una judía seca de color negro y el que se la encontraba en su bol de estofado, se “había ganado” reinar durante todo un día, con poder absoluto, pero a la caída del sol era sacrificado a los dioses. Y con referencia a lo que dices del “Need for speed”, no olvides que los terroristas que atentaron contra las torres gemelas aprendieron a pilotar los aviones precisamente con un videojuego…

 

ALEX- ¡¡Jaime… cállate que al final te voy a romper el “jeto”!!

 

JAIME- ¿Perdooonaaa…?, de verdad no puedo creerme que seas tan inculto, ¡no se dice “jeto”, lo correcto es “jeta”… la "jeta"!.

 

ALEX- ¡¡¡TE VOY A MATAAAAARRRRLLL…!!!

 

JAIME- ¡A matar Alex, a matar, vocaliza bien por favor…!, y un consejito, si en lugar de estrangularme apretando el cuello por los lados, clavas los dedos en la tráquea, veras como es más eficiente… ¿lo veeeessssssglglglgl?… ¡mucho mejoooorglglglgl…!

 

Todos- ¡¡¡CALLATEEEEEEEEEEE COÑIOOOO…!!!- (Patean, dan puñetazos, y golpean con objetos contundentes el cuerpo de Jaime tirado en el suelo)

 

Al día siguiente:

 

¡EXTRA, EXTRA… BRUTAL ASESINATO…!, LOS AUTORES CONFIESAN NO ESTAR ARREPENTIDOS Y DECLARAN… “…lo que hemos hecho es una labor social, y lo volveríamos a hacer sin dudarlo ni un momento…”

 

 

Probablemente, alguno de vosotros habrá vivido alguna situación semejante, (omitiendo el asesinato… ¡Perdón!, la justicia popular), porque si antes abundaban, hoy en día, con el advenimiento de internet y los tutoriales de YouTube, los sabihondos, “maestros”, “expertos” y sabelotodos, proliferan más que los caracoles después de la lluvia… Bueno, para facilitar la comprensión de la metáfora a los que sean urbanitas, y no hayan visto un caracol ni en los documentales del “National Geographic”, os diré que proliferan más que los “hipsters” alrededor de un “Starbucks”.

 

Como os decía, creo que todos hemos vivido alguna vez alguna situación más o menos desagradadable  en la que uno de estos personajes, que habitualmente se dedican a almacenar en sus cerebritos toneladas de detalles anecdóticos y pormenores generalistas que utilizan para dar una falsa sensación de cultura o de sapiencia sobre cualquier tema que pueda surgir en una determinada conversación.

 

Intentan pasar por genios o sabios, pero la verdad es que aunque en ocasiones estas estrategias les sirvan para cautivar a los mas crédulos permitiéndoles sacar ventaja de la situación de alguna manera, lo más usual es que al cabo de un tiempo se pongan en evidencia, delatándose como lo que son, verdaderos fraudes sin base que se desmoronan ante cualquier análisis concienzudo.

 

 

Cuando alguien me menciona este tipo de temas me viene a la cabeza una anécdota de un amigo, que aunque no habla mandarín, si que tiene una memoria muy eficaz a la hora de recordar determinados detalles, y me contaba que, una vez cenando con unos amigos en un restaurante chino, el camarero le había recomendado un plato que se llamaba “arroz kowloon”, a lo que él, (que hacia algún tiempo había leído en un folleto de vacaciones el significado), se le escapo en voz alta : “arroz nueve dragones”, lo que sorprendió al camarero que meneo la cabeza con aprobación y dejo a sus amigos con cara de asombro. Obviamente,  mi amigo, que es alguien  aclaró que NO conocía el idioma más allá de algunas frases determinadas, pero si hubiera sido un sabelotodo cualquiera, bien podría usar esta situación para aparentar un conocimiento que no tenía.

 

Debería remarcar quizás, que yo distingo dos tipos determinados de  “enterados”, aquellos cuya única finalidad es llamar la atención de los que le rodean para adquirir un status digamos “superior a la media”, que les procure una cierta “fama” en determinados ambientes, (he llegado a conocer a gente que se hacía pasar por ingeniero informático y les “reparaba” los ordenadores a sus colegas a base de videos de internet), y por supuesto, aquellos cuyo interés es precisamente ganar dinero a costa de un “reconocimiento”  y una “maestría” que ni por asomo ostentan.

 

Y, son estos últimos los que me parecen peores, los que siempre he creído que sería necesario exponer públicamente para que no contaran con la ventaja del anonimato para seguir engañando a la gente con una falsa apariencia de sabiduría…

 

Maestros de técnicas ancestrales que nadie puede comprobar que sean reales, descubridores de tratamientos especiales que mejoran el estado físico, o incluso afirman curar a enfermos terminales, manipuladores de energías etéreas y místicas que previo pago de un modico precio, pueden enseñarte a canalizar el poder de tu aura, chacras, meridianos, o hado ken, para hacer que progreses a un nivel superior al del resto de los humanos, que te permita llegar a la iluminación definitiva.

 

Coachers que te mostraran como enfrentarte a tus miedos y tus traumas desde una perspectiva alternativa, que aunque manifiestan que  no se ciñe a lo que dicta ” nuestra encorsetada sociedad”, en realidad  suele sustentarse en una serie de camelos cuya única utilidad es la de anular tu espíritu crítico dejándote inerme ante su manipulación, tema que en algunas ocasiones puede ir bastante más allá de un simple timo, resultando realmente toxica y provocando problemas que pueden enraizarse en tu personalidad y ser realmente complicados de eliminar.

 

 

En general se podría argumentar que como dice la antigua frase de Platón: “Los sabios hablan porque tienen algo que decir, los tontos hablan porque tienen que decir algo”, esto significa que deberíamos ser más precavidos y observar el entorno en el que nos relacionamos, solo así podremos darnos cuenta de quien se apoya en sus hechos, conocimientos y experiencia para discutir un tema, y quien simplemente habla de el mismo sin parar, glorificando lo hábil, experimentado y preparado que esta para opinar sobre cualquier cosa.

 

La verdad verdadera, es sin lugar a dudas que entre nosotros vagan entes desequilibrados, cuyo ego parece no tener fin, seres que muchas veces, llevados por sus propias carencias personales, o por motivos más que cuestionables, están más interesados en aparentar una seguridad y una preparación de la que carecen, para obtener ventajas ya sea a nivel económico , social o meramente de reconocimiento, con las que manipular todo y a todos en una situación que se retroalimenta a sí misma, ya que cuanto más ego acumulan, mas parecen necesitar.

 

Para ir concluyendo, dejadme que os llame la atención sobre que tipo de gente se ve encuadrada de lleno en estos parámetros que os mencionaba: Influencers de pacotilla, politólogos de porexpán, consultores públicos puestos a dedo por afinidades con el poder, Darth Vaders de papel mache, políticos mediocres, filósofos de plastilina, mesías a tiempo parcial, estrellitas de papel de plata, showmans de pies de barro, manipuladores de manual, gente toxica  todos y cada uno de ellos, a quienes no solo no deberíamos dar crédito, (y por ende dinero), si no que deberíamos ponerlos en la picota en la plaza mayor y enseñarles a los niños las consecuencias de querer engañar al prójimo para que lejos de ponerlos en un pedestal, comprendan lo perniciosas que son estas actitudes.

 

Por tanto, si en algún momento estáis pensando en haceros pasar por lo que no sois para parecer mejores, os tienta sacaros un máster en la “Universidad Juan Carlos I”, u os sentís iluminados por el espíritu ancestral de Jombochu, recordad que en cualquier momento los dioses del Caos pueden estar pensando en enviaros un buen retortijón de tripas de esos que cuando haces “pop” ya no hay “stop”,  para indicaros su descontento…

 

O a lo mejor es más fácil que alguna de vuestras presuntas víctimas os parta la cara…

 

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