MI PEOR / MEJOR VERSION  (Construcciones, deconstrucciones e intentar cambiar)

Corría el año 1999, cuando en la desternillante película, “South Park:  Más grande, más largo y sin cortes”, al descubrir Satán que el personaje de Saddam Hussein, (su amante), le había engañado, montaba en cólera contra él, dispuesto a romper su relación, y condenarle a los abismos.

 

El traidor, para salvar la situación, y así recuperar el control de la pareja, no dudaba ni un momento en “comerle el coco” al Rey del infierno asegurándole sus sinceras intenciones de reformarse, intentando “seducirle” con esta divertida canción:

 

*AVISO SPOILER* El contenido de este articulo puede herir tanto las sensibilidades sensibles, que igual si llegáis al final se os derriten los ojos p´adentro como en “Indiana Jones, en busca del arca perdida”,  ¡Vosotr@s mismos, yo ya he cumplido!

 

Saddam:

-Hay quien dirá que soy muy malo / Y tal vez sí, oh, tal vez sí / Solo sé que yo lo intento / Pero al final salgo trillao…

 

-Voy a cambiar, cambiaré / Cumpliré esas promesas que te hice / Lo juro por Alá y lo más sagrado / Te prometo que esta vez me portaré.

 

-Voy a cambiar, cambiaré / Ya sé que he sido un cabronazo / Quiero quemar, quiero matar, quiero violar y que os la den / ¡Ya cambiaré!.

 

-Yo no nací siendo un capullo / La sociedad me hizo así / Es que mis papis me daban de ostias / Y en un cabrón me convertí.

 

-Voy a cambiar, cambiaré…

 

Satán:

-Yo lo que aquí oigo es mucho cuento…

 

Saddam:

-¡ Venga, Sati, no hay que ser así ! / La Madre Teresa me protege a mí… / Ya está, voy a cambiar / ¡ Mira, ya estoy cambiado !

 

¡ SIEMPRE ES LA MISMA HISTORIA !…

 

¿Nunca alguien os ha prometido que va a cambiar, y que nunca jamás os va a gastar la misma mala jugada y no os lo habéis creído?, o visto de otra manera, ¿nunca os han pillado en una mala acción, (sea del calibre que sea), y habéis puesto cara de Rey emérito para farfullar, “…lo siet-to bucho, me he equivocao y  no vod-vedá a ocurrí…”, mientras en vuestra cabeza añadíais, “…¡jamás volveréis a cogerme!…”.

 

Y resulta verdaderamente curioso, porque si en algo podríamos llegar todos a ponernos de acuerdo, es en lo poco que nos gusta cambiar, y/o los cambios en nuestras vidas. De hecho, soy conocedor de muy poca gente que haya sido capaz de erradicar un comportamiento personal de “motu proprio”, las mas de las veces, si escarbas un poquito, han tenido algún tipo de relación, (amistad, enamoramiento…etc.), que de una manera u otra les ha inducido a adulterar sus costumbres, (que para otros pueden resultar malas, pero que a ellos les aportan bienestar o placer), “pasándoles  la radial anímica”, para adecuar la realidad a la imagen mental prefijada de lo que según ellos debe de ser.

 

Podríamos estar horas debatiendo sobre si eso se hace porque se quiere a esa persona e interesa su felicidad y progreso personal, (aunque realmente se esté  intentando cambiar a alguien en contra su naturaleza y deseos), o bien porque en realidad no nos gusta él/ella, pero como nos hemos formado un constructo mental absolutamente egoísta de lo que ese ser humano necesita, (que curiosamente siempre cuadra con nuestras propias expectativas), vemos de una lógica aplastante que varíe sus costumbres, porque “¡¡JODER… PARECE TONT@!!, ¿¿QUE NO SE DA CUENTA DE QUE TIENE QUE CAMBIAR…??”,  y esgrimimos mil razones de supuesto “sentido común” para buscarnos coartadas emocionales que justifiquen el salirnos con la nuestra.

 

 

Y, claro, usualmente, en cuanto la relación se ha acabado, (porque es realmente complicado que la tensión generada entre lo que quieres hacer y lo que debes hacer para contentar a otra persona no pase factura), el “cambiado” suele volver a la casilla de salida, adquiriendo de nuevo sus hábitos naturales, y en ocasiones parece que incluso con fuerza redoblada, de la misma manera que un resorte que ha estado mucho tiempo comprimido y se suelta de golpe. Y tal parece en ocasiones, como si su subconsciente le apremiara a recuperar el tiempo perdido.

 

No deja por otra parte de ser curioso, que las mas de las veces, esto se tiñe de un cierto “humor negro”, porque la vuelta a la normalidad de actuación del  “objeto de transformación”, le sirve a quien intentó cambiarlo para dar una cierta capa de “legalidad” a sus acciones, con frases como: “…es un caso perdido…”, o “…le falta voluntad…”, ¡Vamos, que la culpa siempre es de los demás!.

 

Pero no todo es así de simple…

 

Pongámonos a observar lo que yo denomino como “LEVEL PRO 3.0 CHUPILERENDI”, y nos daremos cuenta de que estamos precisamente en otro nivel de lo que es el afán de cambiar, l@s llamad@s “deconstruid@s”. Estas “cuasi personas” suelen ser “organismos vivos”, (porque deambulan, respiran y ejercen funciones autónomas), con una preocupante falta de llámesele “amor propio”, o personalidad, que viven más pendientes de la imagen que transmiten en las redes sociales que de sus propios anhelos, y deseos personales, siendo psicológicamente dependientes de la aceptación social, siendo muy capaces de auto mutilar sus creencias personales, o sus propias ideas e inteligencia en pos de “encajar” en la aborregada mayoría.

 

Esto comporta un problema de base para estos individuos, ya que la adquisición de reglas del juego nuevas, que no son familiares, y que “a lo peor”,  ni siquiera gustan, o en las que no se cree de verdad en lo que representan, tenderá de manera inexorable  a desestabilizarles emocionalmente  y a desarrollar frustración e ira, conceptos que si no se conoce bien cómo manejar, acaban por provocarles ansiedad…

 

Y, si, para que nadie se sienta especialmente mencionado he puesto “a lo peor” aunque en realidad este convencido de ello, pero, la realidad es que esta frase, no es más que un poco de “cremita balsámica”, para aliviar el escozor de los que  los que se ofendan, y que así puedan disimular de cara a los demás,  sentirse aludidos, y tener que “tragarse” mis argumentos, por no poder rebatirlos. Así les será posible quedar como “campeones”, y con la lagrimilla en el ojo decir con una sonrisa forzada: “…mira el Vårgsson que majo es que hasta se disculpa por anticipado…”, mientras internamente saben que realmente “me importa un pimiento” tanto su opinión como su ardiente cólera reprimida…

 

 

Porque nadie intenta decir que sean malos los cambios, o que no tengamos que intentar corregir los “malos hábitos”, (pero que sean de verdad, no la impresión subjetiva que tenga alguien sobre algo que tú haces/sientes), pero siempre que sea por decisión de uno mismo, y para avanzar en nuestro propio camino, nunca para satisfacer los deseos o las expectativas de alguien.

 

E, incluso podría entender que quieras reconstruir tu vida desde abajo, pero no uses para definirlo el término  “deconstruir”, que aunque sé que suena  guay,  esta palabra que han asimilado en su “neolengua” todos los “progres de postal”, no es aplicable a lo que ellos le atribuyen, ya que se trata de un término aparejado a un concepto filosófico bastante abstruso del pensador  Martin Heidegger, definido en su obra de 1927 “Sein und Zeit”, (Ser y Tiempo), más relacionada con la literatura que con la conducta , y que no detallare aquí por ser tremendamente alemana y aburrida, además de que básicamente mi cometido es intentar sacaros una carcajada, y no, intentar daros clases de filosofía, labor para la que no me considero cualificado en absoluto salvo que, (¡¡Mil gracias “Merlí”!!), sea sobre la escuela cínica de Antístenes.

 

No obstante os reto a que la próxima vez que alguien os diga que “se esta deconstruyendo”, le digáis con expresión seria y cara de interés: “…así que estas haciéndote una oposición  análoga a la significación diferencial saussureana en lingüística…”, ¡¡¡ Ya veréis, que risas… se le va a quedar el culo torcido!!!.

 

La gente habla de “deconstrucción” porque en un principio se lo oyeron decir a Ferrán Adrià con respecto a una tortilla de patatas, y han asimilado que pasar huevos y cachitos de patata cocidos por una batidora y servir el resultado en una copa de champan, es a crear una tortilla de patata perfecta y equilibrada, lo que desmontar tus creencias hasta la base y volver a montarlas con las piezas que ellos te den, y eso ni es tortilla ni es nada... ¡Y mucho menos aun un libro de fantasia!.

 

Y mira que son tozudos los condenados, que acaban contándote el antiguo cuento del maestro de Zen, Nan-In, (si, lo sé Rick, parece una broma con En-Nan-In, pero es de verdad), y el profesor universitario, supongo que la mayoría lo conoceréis, pero si no buscad en Google, resumiendo: un profesor de universidad muy fatuo visita a un maestro Zen pretendiendo aprender de él, este le recibe y le invita a tomar té, el universitario empieza a contarle todos sus conocimientos, lo maravilloso e inteligente que es, y lo fantástico alumno que será, mientras tanto el maestro le va sirviendo te en la taza sin parar hasta que el liquido se sale… El profesor le dice alterado que si no se ha dado cuenta de que ya no cabe más te en el recipiente, y el maestro le comenta con calma, “…si no vacías antes la taza de tu te, como podrás disfrutar del sabor del mío…”.

 

Supongo que con esto quieren decir que tenemos que quitarnos de la cabeza antiguos patrones de pensamiento y creencias, antes de reconstruirnos como nuevos “hum-Asnos de la nueva era”… (sic).

 

Aunque lo que se les escapa es lo que precisamente marca la diferencia entre la realidad y la ficción que ellos “venden”…  Y esto es que el cuento no explica si el profesor universitario de la historia, decidió dejar de lado todo lo que formaba su carácter  y aprender a pensar de una forma nueva, o simplemente se levanto y se fue con sus creencias intactas, en cualquiera de los dos casos el tomo su decisión, porque el maestro NO le exigió en ningún momento que cambiara.

 

Y esto es todo, espero que el sábado no se os ocurra intentar cambiarnos...

 

Iba a poneros como guiño final el video de la canción que os mencionaba en un principio, no sin antes advertiros de su contenido explicito y provocador... pero luego me acorde de la otra y pensé:

 

¡¡JODER… QUE TIPO DE SER ABOMINABLE SERIA SI LES AHORRARA DE PASAR POR ESTE MAL TRAGO…!!

 

 

 

 

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¡NO CAMBIES… NO CAMBIES… NO CAMBIES…!

 

 

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