ESPECIAL HALLOWEEN  (Nos encanta el terror)

(Paco) -¡¡¡BUUUUUUUH…!!!, ¡¡¿¿TRUCO O TRATO…??!!

(Oscar) -¡¡Déjame en paz…  estate quieto Paco!!

(Paco) -¡JAAAAA….!, ¿ TE DA MIEDO EL DISFRAZ EEEEHHH…?,  ¡¡CAGÓN… QUE ERES UN CAGÓN!!

(Oscar) -¡¡Cagón… mis cojones!!, pero estate quieto con la puta motosierra que vas a hacerle daño a alguien ¡joder…!

(Paco) -¡Que aprensivo que eres!, ¡Tooodo te da miedo… que sepas que yo la motosierra, la manejo mejor que Ash en “El

ejercito de las TinieblaaAAAAAAAAAAAARRGGGGHHH !”.

(Oscar) -¡¡Hostiaputa…!!, ¡Mercedes…  avisa al SAMUR y baja con la fregona que el “lumbreras” de tu hermano se ha cortado un pie!

Dicen grandes expertos en psicología cognitiva, (¡a quien quiero engañar!, me lo estoy inventando todo, con cuatro apuntes que he copiado de Wikipedia… XD), que todo el mundo utiliza las palabras temor, miedo, horror, terror y pánico como sinónimos entre sí, pero que la realidad es que aunque similares, cada una tiene un significado diferente en base a la situación que se esté desarrollando en ese momento.

 Esas emociones internas que os recorren, y que hacen que en ocasiones sintáis escalofríos, o síntomas peores en todo el cuerpo, son en realidad, avisos de supervivencia que proceden de cuando los humanos, erais meros monitos peludos presas de carnívoros ancestrales, es decir, en realidad, el miedo es bueno, porque en general, (salvo que seáis la rubia, el negro, o el graciosete en una película de terror), os ayuda a que salvéis vuestra vida previniéndoos del peligro.

 Se trata de una reacción generada desde el “cerebro reptiliano”, y provocada por encontrarnos ante situaciones hostiles, que tiene una serie de niveles, que nuestro cerebro identifica y transmite a nuestro cuerpo a través del sistema nervioso, y que podríamos escalonar de la siguiente manera, de menor a mayor intensidad:

• Temor: La sensación de intranquilidad provocada por algo desconocido, (y usualmente malo), que va a suceder, por ejemplo, cuando a finales de mes y estando en números rojos, ves una llamada perdida en el móvil del director de tu banco.

• Miedo : La certeza de que sabes que eso tan desagradable que te va a ocurrir, ya se ha dado otras veces, pero no puedes evitarlo, como cuando te das cuenta de que inadvertidamente has vuelto a coger la escoba de Lunita otra vez, para recoger el polvo de las mazmorras de la Mansión.

• Horror: La seguridad de que estas en una situación desesperada y sabes, que aunque intentes arreglarlo a toda costa, de cualquier modo, inevitablemente te va a pasar algo absolutamente horripilante, como cuando te das cuenta de que, a ese libro que sacaste de la biblioteca de la mansión, le acabas de doblar la esquina de la pagina para recordar por donde ibas, justo cuando Dahlia te estaba mirando.

• Terror: La convicción totalmente incuestionable de saber que tu vida está en grave peligro, y que todo apunta hacia un desenlace fatal, a saber, la misma que te asalta, cuando estás subiendo las escaleras de caracol detrás del Orko Teknológiko mientras traslada la caja fuerte de la casa, y se gira de golpe poniéndotela en las manos y diciéndote: “…aguanta un momentito que recojo los alicates que se me han caído…”. 

• Pánico: “Shock” psicótico que provoca fuga de la realidad con delirio catatónico en un rincón, o huida irracional al galope hasta caer agotad@... Suele suceder cuando te sientas con el Sr. Vårgsson en un estudio de radio, y el levanta la cabeza y mirándote con una sonrisa te dice “¿Sabes..?, se me ha ocurrido que podríamos hacer…”.

Y tiene su gracia de verdad, porque puede darse la paradoja de que algo que a una persona le provoque uno de estos sentimientos, a otra le haga gracia, o incluso le de “morbo”, entendiendo por este, la excitación sexual provocada por temas o situaciones poco corrientes…

 Y así tendríamos gente afectada de coulrofobia, (miedo a los payasos), y otras personas que se disfrazan de ellos para disfrutar del sexo, o amantes del coleccionismo de arácnidos, y humanos que no soportan la visión de una araña, ni aunque sea dibujada.

Dicen que los miedos son parte consustancial del género humano, y probablemente sea así, pero no os habéis parado nunca a pensar ¿cómo es posible que hayamos banalizado y ritualizado tanto algo tan importante para nuestra supervivencia?, es decir, ¿en qué momento nuestra conciencia colectiva decidió convertir en una celebración donde lo más importante es disfrazarse, para ellas, habitualmente de algo a lo que puedas añadir “putilla” detrás…?.

Y para ellos es algo mas fácil, vale cualquier cosa, cuanto más improvisada mejor, pero que permita llevar una botella de alcohol en la mano o en el traje, ¡bueno…pido disculpas!, salvo que seas “friki”, en cuyo caso tanto ellos como ellas pueden dedicar meses y pequeñas fortunas a confeccionar su “cosplay”, (no digo disfraz para que nadie se ofenda), usualmente de monstru@, personaje de videojuegos o “anime”, o incluso de personaje de serie “mítica” cuanto más perdida y enranciada mejor, (el Orko y Lunita me van a matar XD), ¿de verdad eso es divertido?.

Recapitulando, como os decía ¿Qué es lo que nos lleva a convertir en una fiesta de sexo, alcohol y desfase por un lado, o en su versión infantil, de caramelos y golosinas que harían palidecer a un dentista, una conmemoración donde se supone que todo aquello que nos resulta horroroso y nos causa pavor deambula por las calles?, algunos lo achacan a la mitificación que hemos hecho de algunos rituales paganos, convirtiéndolos en productos azucarados aptos para ser consumidos por todos los públicos, cuando en realidad se nos olvida que eran festivales sagrados en los que usualmente se efectuaban sacrificios, (si, lo siento seguidores “new age” de la magia celta… los druidas mataban gente.

Ahora podéis llorar si queréis), eso ha hecho que se convierta la noche de Halloween en un festival de colorines que se aleja del espíritu inicial de aplacar con ofrendas y muestras de respeto a los espíritus de los antepasados y en general a los difuntos,  para que no invadieran nuestro plano y se dedicaran a causarnos daño… y la verdad, que queréis que os diga, ver a un borracho vestido de zombi “dándole cariño” a la “policía putilla” de turno sobre el capó de un “Seat León”, no me parece a mí la manera más idónea de “aplacar” nada que no sea los “ardores” de algún@s.

 Pero bueno… es lo que es, y tendremos que hacernos a la idea, en mi caso he acabado por asumir que es la única ocasión del año en la que puedo sacar de las catacumbas al primo Klaus y a su hermano Elijah para que les dé un poco el aire…

Cierto es que están un poco arrugados y polvorientos, pero esa noche a nadie parece importarle demasiado, hasta el punto que el año pasado, Klaus incluso ligo con una “brujita putilla”, pero hubo que quitársela de las manos porque la iba a dejar seca como una pasa… ¡esta juventud que dice no temer a nada!.

El sábado veremos si es verdad...

Hasta ese momento me despediré con una de las pocas cosas que me dan escalofríos...

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